Contacto cero
Este concepto ya es archiconocido. También es mas fácil decirlo que hacerlo. Se trata de no tener ningún contacto con la familia de la cual te has distanciado.
Con mi padre siempre hubo contacto cero cuando ya fui lo suficientemente mayor para decidir si quería estar en contacto con él o no. Las visitas que nos hacía en nuestra niñez o adolescencia se acabaron cuando cumplimos la mayoría de edad. Sinceramente, durante los veinte y los treina años nunca se me pasó por la cabeza contactarlo. La cosa cambió al llegar a los cuarenta y más al separarme de mi madre y su familia. Sin embargo, no sabía nada de él ni tenía ningún numero de contacto de su familia. También pensaba que todavía tendría sus adicciones, con lo cual una relación no sería posible y no me podía permitir más drama emocional.
Cuando le dije a mi madre que había decidido tomar distancia, ella se negaba a aceptarlo en cierto modo. Aunque no hablábamos por teléfono ni nos veíamos, seguía enviándome mensajes por teléfono. Por todos es sabido que hay una conocida applicación que ha conquistado el mundo, y que te permite mensajear y mandar audios, fotos y videos gratis (y también hacer video llamadas). Mi madre, supongo, esperaba que a través de estos mensajes, pasito a pasito, nuestra relación se repararía. Tuve que repetirle que no deseaba tener relación con ella y dejé de usar esa applicación. Eso no significaba que ella o mi familia no tuviesen acceso a mí o yo a ellos. Todavía nos podíamos llamar o mandar textos si queríamos. Pero esta aplicación abre una puerta hacia ti que el simple mensaje de texto o teléfono no hace. Después de pensarlo mucho, decidí no cambiar el número de teléfono. Sin embargo, comprendo y respeto si otros desean hacerlo.
Los primeros años del distanciamiento, seguía contactando a mi madre y a mis primos (solo por texto) para felicitarles el cumpleaños. Un mensaje puede dar pie a una conversación (aunque sea por texto). Por lo tanto, mis mensajes estaban redactados de un modo que no requerían respuesta o, si había respuesta, no iba a requerir otra respuesta por mi parte. El texto decía algo como “Feliz Cumpleaños. Espero que estés bien y que pases un buen dia. Aquí todo bien. Un abrazo”. No les contactaba para nada más, tampoco para navidad.
A mi madre tampoco la contacto el dia de la madre. No puedo y no podría. Es cierto que en nuestra niñez se sacrificó mucho ya que ella sola llevaba el peso de la casa, y que nos dio de comer, de vestir y un lugar donde vivir. Durante muchos años pensé que eran razones más que suficientes para calificarla como una buena madre. Más que eso, una héroe. Ahora, después de haberme distanciado, leer mucho sobre el tema y de haber pasado muchas horas escuchando a expertos, sé que no lo es. Un buen padre, o una buena madre, debe cubrir no solo las necesidades físicas del hijo sino también las psicológicas y emocionales. Durante la mayoría de mi niñez y adolescencia, mis necesidades psicológicas y emocionales no fueron cubiertas. Esos años estuvieron plagados de angustia, soledad, miedo y ansiedad. También, muchas veces, no tenía tiempo para preocuparme de mí. Debía dar apoyo emocional a mi madre ya que estaba deprimida la mayoría del tiempo. En más de una ocasión, me comentó que se quería quitar la vida, y yo debía convencerla de que no lo hiciese ya que la vida era muy bonita. No fueron conversaciones con mi madre en mi época adulta. Sucedieron en mi niñez y adolescencia.
Ahora solo felicito a mi madre el día de su cumpleaños. Por lo tanto, solo contacto a mi madre una vez al año, para su cumpleaños. Igual hay otros que no quieran tener contacto con sus padres o familiares nada en absoluto, y eso lo respeto profundamente.
Es posible que también te veas obligado a cortar el contacto con otras personas que tienen relación tanto contigo como con tus padres, dependiendo de cómo te haga sentir o cómo esté afectando a tu recuperación. Por ejemplo, durante un tiempo, estuve en contacto con un par de amistades de mi madre, los cuales tenían aprecio por mí, y yo por ellos. Yo creo que entendían y respetaban mi decisión. Sin embargo, a veces me contaban lo que estaba haciendo mi madre, por ejemplo, si se había ido de viaje a algún sitio. Eso me hacia pensar y reabrir la herida. A veces también me parecía que querían obtener información para luego hablarle a mi madre de mí. Yo siempre les daba el mínimo de información. Otra vez, en Nochebuena, me preguntaron si me había reconciliado con mi madre. Esa pregunta me pareció de muy poco tacto y me causó mucha tristeza, precisamente en Nochebuena.

Al cabo de unos meses, decidí cortar el contacto con estas personas. Al fin y al cabo, no eran mis amigos, sino de mi madre. No tenía obligación de estar en contacto con ellos. No me importa lo que piensen de mí o si le dan la razón a mi madre. Yo, en general, guardo buen recuerdo de ellos y les deseo lo mejor.
Como he mencionado en una sección anterior, no te debe importar lo que piense la gente y esto también aplica cuando ponemos en practica el contacto cero. Por supuesto que a mucha gente no le sentará bien que no queramos estar en contacto. Es su problema. Lo importante es que tú estés bien. Si ciertas comunicaciones no te van a hacer sentir bien, y te van a afectar en tu recuperación, es mejor no tenerlas. No te debes sentir mal.
Así que contacto cero significa eso. No tener contacto. Eso no significa que no pienses en ellos. Y tu familia lo sabe o lo debería saber. Claro que piensas en ellos. Tampoco significa que no los quieras. Igual a tu modo, los quieres, pero eso no quiere decir que debas tener contacto. Si te llaman y no deseas contestar, no contestes. Si te envían algún texto o correo electrónico al que no deseas contestar, no contestes. Puedes enviar algo muy escueto diciendo que no deseas estar en contacto y que por favor deben respetar tu decisión.
Si hay alguna celebración familiar o evento donde sabes que te encontrarías con los miembros de tu familia que no deseas ver, lo mejor es que no vayas. Si debes asistir a alguna reunión familiar por motivos de papeles o propiedad, exige que sea en un sitio público. Mejor llevar a alguien contigo para que haya un testigo por si hubiese alguna incidencia.
En caso de un entierro al que desees asistir, puedes acudir a la ceremonia justo cuando empiece y dejarla justo cuando acabe para así no tener que hablar con nadie pero, a la vez, tener la conciencia tranquila por haber asistido al entierro.
Yo no estoy en redes sociales, y eso significa que nadie puede ver dónde estoy o lo que estoy haciendo, incluidos mi familia. Si te gustan las redes, y tu perfil es público, es muy probable que tus padres y otros familiares vean lo que estás haciendo. Si no quieres que esto suceda, puedes cambiar tu perfil a privado y no admitir o bloquear a quien no quieras que te vea. Sin embargo, debes tener en mente que otras personas o amistades pueden notificar a tu familia lo que vean en tu perfil.
Resumen:
- Es mejor no tener contacto, o tener el mínimo contacto posible, con la familia que te ha hecho sufrir y con la deseas tomar distancia.
- Mejor evitar cualquier comida, reunión o celebración familiar que te obligue a ver a familiares que te han hecho daño.
- Si debes ver a tu familia por temas necesarios de papeles o de propiedad, exige que sea en un sitio público, y lleva a un testigo contigo en caso de que haya alguna incidencia.
- Si estás en redes sociales, cambia tu perfil a privado y no admitas o bloquea a aquellas personas que creas conveniente.